| Coincidiendo con el mensaje del Presidente de la República en
el documento original del Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, podemos concluir
que la esencia de la planeación en México es consolidar un país
que responda con dinamismo y decisión, a los retos que plantean las diferentes
transiciones en el ámbito político, demográfico, económico
y social, teniendo siempre en cuenta que el éxito no es producto de la
suerte o de la casualidad, sino del establecimiento de objetivos claros y de la
aplicación correcta y oportuna de estrategias bien definidas para hacer
posible lo que todos deseamos. Es así como, de acuerdo con la que
declara la Unidad para la Planeación Estratégica, este Plan y la
participación social que implicó, constituye una invitación
a fortalecer el papel de los ciudadanos en la conducción del país,
quienes, al recibir información y encontrar espacios para la expresión,
puedan conocer y evaluar los compromisos que los funcionarios establecen con la
sociedad, con lo que tendrán una nueva forma de relacionarse con su gobierno:
más responsable, más crítica, más participativa, más
comprometida. En este marco, tanto las dependencias del ejecutivo, como
sus instituciones y áreas de trabajo deben instrumentar mecanismos que
permitan una mejor relación entre las actividades de programación
y las etapas del proceso de planeación, promoviendo la alineación
de sus planes con los planes de la nación.
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