VII. Conclusiones

Nos estamos enfrentando al reconocimiento global de los efectos devastantes de la falta de ética pública. La mayoría de los países en el mundo están conscientes del enorme costo económico, social y político de la falta de ética en la administración pública.

La tarea de incidir en la ética en el servicio público no es sencilla. El poseer y seguir códigos de ética es una estrategia que beneficia este tipo de acciones. Los sistemas de definición de principios de ética establecen estándares mínimos de conducta y a su vez fijan metas a las que deben aspirar todos los empleados. Sin embargo, el cambio real no solo está en la guía que pueda dar un código, sino el conocimiento, credibilidad y compromiso de los servidores públicos con estos valores.

 

Página 1/2