Al finalizar el tema, el participante será capaz de:

1. Identificar la diferencia entre oír escuchar.
   
2. Definir el concepto de escucha activa.
   
3. Confrontar a través de un instrumento el comportamiento al escuchar.
   
4. Definir cada uno de los objetivos de la escucha activa que son: por placer, para entender, para evaluar y para recordar.
   
5. Definir el concepto empatía y su relación con la escucha.
   
6. Confrontar a través de un instrumento el comportamiento al escuchar empáticamente.
   
7. Analizar recomendaciones generales para mejorar la habilidad de escuchar
   

Es una distinción común y conocida el hablar de los conceptos oír y escuchar, el primero como parte de los sistemas del cuerpo humano y el segundo como habilidad que en nuestro contexto educativo se ha manejado sólo como el deber de los alumnos o como recomendación previa a la exposición de un tema. Muy pocas veces se ha trabajado en las aulas como una habilidad que forme parte de los saberes que se trabajarán en un curso.

En este módulo, hablaremos de cómo se define la escucha activa y la escucha empática, los objetivos de las mismas, así como de algunas recomendaciones prácticas para desarrollarlas. Así mismo enfatizaremos su pertinencia dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje para la comprensión, análisis, evaluación y apropiación del conocimiento, y con ello el cumplimiento de los objetivos de aprendizaje dispuestos en cada curso y en cada clase.

Cuando mencionamos los términos oír y escuchar, inmediatamente establecemos diferencias.

Desde el punto de vista del profesor, desarrollar la escucha activa es fundamental, ya que permitirá no sólo escuchar lo que nuestros alumnos expresan verbalmente, sino escuchar lo que no dicen, es decir, su corporalidad, lo que nos permitirá evaluar nuestra estrategia de enseñanza.