La manera lógica de organizar datos es crear categorías
y luego asignar las observaciones a una categoría. Pero nuestra
capacidad de categorizar está limitada por la naturaleza de
las variables que usamos. Además, no todas las variables se
pueden categorizar con la misma facilidad. En términos estadísticos,
las variables que interesa medir pueden ser (a) discretas o (b) continuas.
Las variables discretas son aquellas cuyas observaciones se agrupan ‘inherentemente’ o ‘naturalmente’ en
categorías, porque dichas variable por su naturaleza sólo
pueden tomar ciertos valores muy específicos. El “género” de
un sujeto es un buen ejemplo de una variable discreta: los seres
humanos pueden ser mujeres u hombres, se ajustan a una u otra categoría
y no hay continuidad ni puntos intermedios entre ellas. Los países
o regiones del mundo también son buenos ejemplos de variables
discretas. Otro ejemplo son las calificaciones o educación
de los maestros. Podemos crear las siguientes categorías para
describir esta última variable: (a) educación primaria
completa, (b) educación secundaria completa, (c) educación
superior incompleta, (d) educación superior completa y (e)
educación de postgrado.
Sin embargo, existe otra clase de variables, conocidas como variables “continuas”,
que no son tan fáciles de categorizar como las variables discretas.
A diferencia de las variables discretas, las variables continuas,
como su nombre lo indica, sólo se pueden agrupar en forma
arbitraria en categorías, porque por su naturaleza pueden
tomar cualquier valor a lo largo de un continuo (o de una escala
numérica continua). La estatura de los habitantes de un país
es un ejemplo de variable continua, así como el ingreso de
las familias en dicho país. Un buen ejemplo en el área
de la educación son las “calificaciones de pruebas”,
que sólo se pueden agrupar arbitrariamente creando ‘intervalos’ artificiales,
como por ejemplo 1-20, 21-40, etc. Note que los intervalos también
podrían ser 1-10, 11-20, 21-30, etc, o cualquier otro intervalo
que se prefiera, ya que la variable no se ajusta naturalmente a categorías
predeterminadas como en el caso de las variables discretas.
La distinción entre variables discretas y continuas es de
gran aplicabilidad en la estadística. Pero su importancia
sólo queda clara después de comprender el concepto
estadístico fundamental de ‘distribución’ o ‘distribución
de frecuencias’. (Los estadísticos por lo general usan
la primera versión, la más corta, para referirse a
la distribución de frecuencias.)
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