En esta tercera
etapa se reflexionará acerca de cómo es inevitable que en el proceso
de convertirse en un grupo maduro se presente un periodo de conflictos, el cual
puede ser a veces breve y otras ocasiones dolorosamente largo. Todo dependerá
de qué tanto se haga para resolverlos, así como que tan pertinente
sea el momento de intervención. Todo grupo entra en un periodo de conflicto,
si han tenido éxito al pasar por las etapas anteriores. Las causas pueden
ser variadas; una posible explicación es que al permitir la aplicación
de la última regla de la etapa anterior, en donde se busca enfrentar
los problemas y no ocultarlos; problemas que comúnmente no serían
expresados, bajo estas condiciones sí lo son. Otra posible causa es el
hecho de que los miembros quieran poner a prueba al profesor con respecto a
la sinceridad en el tratamiento de los problemas en forma abierta. A veces el
conflicto que estalla después de la etapa de establecimiento de normas
es una expresión de rebeldía en contra del guía o profesor.
Por otra parte, la etapa de conflictos puede ser vista como una reacción
natural a una intimidad interpersonal aumentada entre los alumnos, resultado
del desarrollo colectivo que se ha venido promoviendo. La etapa de conflictos
debe ser vista, en definitiva, como una oportunidad de crecimiento y aumento
de la madurez en el grupo.