Bower y Bower (citado en Elizondo,1999, p. 58) señalan la posibilidad real de aprender y enseñar a ser personas asertivas desde el rol que desempeñamos dentro del aula.

Aprenderemos el proceso que encierra pasar por una etapa de conocimiento, análisis y aplicación de cada una de las fases propuestas.

En este apartado se definirá cada una de las fases de la enseñanza de la conducta asertiva, un tema especial es la Fase IV de Hablar, que analizaremos más adelante.

Como profesores, es necesario pedirles a los alumnos que verbalicen y describan sus problemas, motivando a que reflejen lo más cercanamente posible a lo que sienten y perciben con respecto a los mismos. Una manera de favorecer este ejercicio es adaptando los pasos que propone Richard E. Crable (citado en Elizondo, 1999, p. 57) para la solución de problemas interpersonales y son:

Con este ejercicio podemos motivarnos y motivar a nuestros alumnos, no sólo a verbalizar, sino a decidir en términos de la magnitud de la molestia o daño que se provoque, si es una situación que valga la pena confrontar. Así mismo seremos capaces de decidir si pasamos a la siguiente fase denominada Ver, para examinar detenidamente los sentimientos o emociones involucradas.

Gudykunst, W. (Bridgin Differences Effective intergroup Communication, 2aed. Interpersonal Commterts, 3 Sage Publications, 1994) señala la existencia de diez emociones fundamentales:

Con ello podemos darnos cuenta de que existen muchas emociones que simplemente son, intensidades distintas de las emociones fundamentales.

Reconocerlas es muy importante; sobre todo que al reconocerlas podemos manejarlas para que ellas no nos manejen a nosotros.

Recordar: Una emoción violenta puede hacer que los mensajes suenen mucho ásperos de que hubiésemos deseado y hasta podemos lastimar irremediablemente la autoestima de un alumno.

En este módulo hemos abordadoen nivel de introducción, las primeras tres fases de la enseñanza de la conducta asertiva, las cuales nos permitirán de forma definitiva determinar si vale o no la pena enfrentar asertivamente a alguna persona que presenta conductas que nos afectan de manera negativa en nuestro trabajo docente; sin olvidar que es necesario también valorar la necesidad de afirmarnos asertivamente cuando no hemos señalado una conducta positiva, que debe ser reconocida.

Cuando se planee confrontar a los alumnos o alguno de nuestros compañeros de trabajo, se debe estar consciente de que el control de las emociones es fundamental, ya que permitirá determinar si se avanza o no en el proceso asertivo.